La marcha final

Täppmarchen - J. Näslund

El día avanza hacia una despedida,
tiene para nosotros una encrucijada.
Dormida entre mis manos
aún sigue la vida.

La tristeza es un ave solitaria
que dormita donde tú vives,
que sigue aún en la puerta,
pero está más cerca de lo que tú crees.

La muerte se queda tanto tiempo
que la vida es muy breve.
Es triste empezar el viaje
solo hacia la lejanía.

Pornopolka

Tradicional finlandesa

Oh, Ukko, gran creador,
el más viejo de los sabios,
ensilla ahora tus mejores potros,
conduce tus mejores bayos.

Entre el hueso, entre la médula,
entre los músculos para moverse.
Lleva al luchador hacia el deseo,
prendido de un fuego amoroso
hacia una femenina doncella
joven hija de una madre.

Le arrancaré la paz del pecho
y los pensamientos del cerebro
para que no pueda dormir de noche
ni descansar de día.

Cuando vió a la hembra
cogió del brazo a la hermosa paloma
y posó sus labios contra su boca
y sintió latir su corazón contra el de ella.

Sintió su corazón contra el de ella
y la estrechó entre sus brazos.

El caballo

Gorrlaus - R. Kanerva / H. Wallgren

Cálmate, caballo de espumosa crin
tranquilízate y avanza el paso.

Resiste y no te canses,
sigue despierto hasta que amanezca.

Durante la noche cabalgaré
agarrándome fuerte a tus crines.
La luna relumbrará con tonos de cobre
formando sombras en tus costados.
Calor brillante y patas ágiles
a los lados de mi corcel de plata.

Corre el sudor sobre el semental de cobre
bajo la desenfrenada espuma.
Nos adentrarás en los bosques
y las ramas nos arañarán.
Me adentrarás en la noche, corcel de cobre,
galopando con aliento humeante.

Resiste y no te canses
sigue despierto hasta que amanezca.

La zorra

Räven - H. Walgren / Tradicional finlandesa

Rojos labios ocultan tus dientes
y tu lengua es muy áspera.
Hay en tus ojos fuego y escarcha.
¿Eres mujer o raposa?
Cazas astuta y salvaje por las noches.
Tu ropa oculta largos brazos,
juegas voluptuosamente con tu presa.
Tu boca está roja de sangre.

Álzate ahora, deseo salvaje,
asciende como la savia del abedul.
Álzate sin necesidad de conjuro,
abalánzate sin dar rodeos.

Eres salvaje y peligrosamente bella.
La falda apenas te oculta la cola.
Me atraes al fondo del pantano
con tu alocada danza carnívora.
Justo cuando cae tu ropa
y veo tu forma desnuda
te ríes y abres las fauces
dándome un profundo lecho de amor. Álzate ahora, deseo salvaje,
asciende como la savia del abedul.
Álzate sin necesidad de conjuro,
abalánzate sin dar rodeos.

Voaria a Compostela

A Tuna de Porto, 1897

Ai, quem me dera
cal doida velairinha
poder voar, voar
i então sosinha.

Buscaria entre as flores
mais fermosas
para beber-lhe o aroma
a cor d'arminho.

De perfume e de alvuca
então faria
um raminho de bijos
e diamantes.

Simbolos da inefável
alegria
que ferve nos beizos
d'estudantes.

Voaria então
a Compostela.

El Ramo Verde

Tradicional Sanabresa

(Copla:)
Dime, ramo verde,
¿dónde vas a dar?
Porque si te pierdes,
yo te iré a buscar.

Si me pierdo que me busquen
al lado del mediodía
donde cae la nieve a copos
y el agua serena y fría.

Copla

Algún día dije yo
que olvidarte era la muerte
y ahora ya me da lo mismo
olvidarte que quererte.

Copla

Adiós, amante del alma,
que me diste de beber,
que a todas he olvidado
y a tí no ha podido ser.

Estremera

Lyrics by Manuel Luna; the song appears in the CD La Musgaña en concierto.

Sale el sol por la mañana
y corre por la ribera
y se para entre tu pelo
buscando la primavera.

El vino quita las penas
cuando el trabajo fatiga
y tus ojos resplandecen
con la luz del mediodía.

Desde Madrid hacia Oriente
la luna por Estremera
se ha parado en tu cara
y me ha dicho que te quiera.

Cuando la tarde se esconde
la noche teje su suerte.
La ronda no pasará
porque tú no quieres verme.

Un hombre oscuro

Pablo Guerrero

Qué podría querer un hombre oscuro
sino un abrazo que nunca se agotase,
delfines en el agua, un bosque de abedules
y una colina para ver las auroras boreales.

Qué podría querer un hombre oscuro.

Qué podría querer un hombre oscuro
sino un barco sin rumbo en océanos tibios,
los planos de la isla del tesoro y la casa
que da a la playa de los días perdidos.

Qué podría querer un hombre oscuro.

Qué podría querer un hombre oscuro
sino un mundo diminuto, tres verdades,
unas migas de pan para los pájaros
y un vino que refleje sueños y ciudades.

Qué podría querer un hombre oscuro.



MCL
1999-08-31